lunes, 5 de septiembre de 2016

A sus cortos cinco años, Felipe Morales sabe leer de corrido y responde las tareas que le dan en el colegio, donde cursa kínder, con párrafos escritos de su puño y letra. Lejos de estar orgullosa por sus logros académicos, su mamá, Carolina Pérez (28), siente preocupación por la presión a la que está sometido su regalón. “Son muy estrictos con él, y le da miedo equivocarse en una tarea. A los niños que les va mejor los ponen en un cuadro de honor, y les inculcan mucha competencia siendo tan chicos”, cuestiona la ejecutiva de ventas. “Una no es experta en el tema, pero me da la impresión que más que incentivarlos a aprender, esta fórmula les quita las ganas de ir al colegio. Yo veo las tareas que les dan a otros amigos de su edad y son mucho más simples”, critica. Como Felipe, muchos niños egresan del jardín infantil manejando contenidos que les adelantan de la educación básica, para lo que se sacrifica tiempo que podría estar destinado a jugar. “Como Subsecretaría de Educación Parvularia de Mineduc hemos detectado con preocupación que muchos establecimientos han dejado de lado la formación integral y las metodologías lúdicas, concentrando sus esfuerzos en lograr que los niños y niñas egresen del kínder leyendo, escribiendo y sumando, lo que genera un gran desgaste innecesario en los párvulos, las familias y las educadoras”, explica la subsecretaria María Isabel Díaz. Díaz detalla que el nivel de Educación Parvularia tiene un curriculum oficial que abarca desde los primeros meses de vida hasta los 6 años, donde se describen los objetivos de aprendizaje desde un enfoque de formación integral que considera ámbitos como el desarrollo de la autonomía, identidad, lenguajes artísticos, motricidad, la iniciación al lenguaje escrito y el razonamiento matemático. “Si bien es importante potenciar aspectos vinculados a la iniciación a la lectura, lo fundamental es lograr que los niños y niñas puedan desarrollar sus procesos de exploración, comunicación y pensamiento creativo, como lo han demostrado las investigaciones en primera infancia”, dijo la subsecretaria Díaz, quien sentencia que “promover el interés por la lectura es uno de los objetivos de la Educación Parvularia, que los niños y niñas aprendan a leer, no”. “Promover el interés por la lectura es uno de los objetivos de la Educación Parvularia, que los niños y niñas aprendan a leer, no”. María Isabel Díaz, subsecretaria de Educación Parvularia La jefa de Desarrollo Curricular de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), María Cristina Ponce, explicó que uno de los énfasis de la propuesta pedagógica de la institución es recalcar el juego, la expresión y la creatividad. Ponce destaca que para la Junji la apuesta es que “los niños, en la medida que juegan, también están aprendiendo. Están aprendiendo a ser, a desarrollarse. Tenemos como énfasis el juego y que a partir de éste los niños aprendan todo lo que tiene que ver con el desarrollo humano”. Carolina Grellet, investigadora del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, sostiene que si los niños se someten a la estandarización del juego, donde se les dice cómo hacer las cosas sin la posibilidad de que lo descubran por sí mismos, “éstos se adaptan, lamentablemente, a permanecer quietos y concentrados durante un tiempo. Para ello, los niños tienen que hacer un esfuerzo sobrehumano para prestar atención”. Por el contrario, indica que cuando los niños juegan de manera natural, interactúan con su entorno y se transforma en una experiencia lúdica, que provoca goce en ellos. “Hay que comprender que el juego es una actividad natural innata al ser humano, que tiene un valor enorme a nivel de desarrollo cognitivo y psicomotor. Es la primera etapa del desarrollo de la inteligencia”, explica Grellet. “En la sociedad aún se mal entiende lo que es el juego. Se cree que es para perder el tiempo o que es una actividad sólo de los niños más pequeños. Se le resta valor”, recalca la especialista de la Universidad de Chile. El juego potencia habilidades necesarias para etapas posteriores El juego permite a los niños aprender todo tipo de habilidades, tanto sociales como intelectuales. “Pueden adquirir habilidades matemáticas, de lenguaje, comprensión de la sociedad. Todos los aspectos que contempla la vida se pueden descubrir y desarrollar a través del juego”, dice Giannina Reyes, de Jardines Infantiles Vitamina. “Lo importante es no adelantar ni presionar al niño, ya que tratar de imponer conocimientos avanzados les impide que desarrollen las habilidades anteriores que se requieren para comprender y lograr esos mismos conocimientos”, puntualiza.

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Profesor de Matemática y Asesor Técnico Pedagógico Docente en Instituto Profesional Los Leones, carrera de Psicopedagogía

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